El Instituto de Investigación Biomédica de Girona (IDIBGI) ha publicado una revisión exhaustiva en la revista "Cell Host & Microbe" que pone de manifiesto el vínculo cada vez más evidente entre la microbiota intestinal y la función cognitiva humana. El trabajo no sólo analiza los mecanismos por los que los microorganismos del intestino pueden influir en el cerebro, sino que también subraya la necesidad de una aproximación más integrada y compleja para comprender este eje microbiota-intestino-cerebro, incluyendo otros tipos de microbios más allá de las bacterias.
La microbiota intestinal es el conjunto de microorganismos que habitan nuestro trato digestivo, y desempeña un papel esencial en procesos como la digestión, la absorción de nutrientes, el metabolismo o la regulación del sistema inmunitario. Sin embargo, uno de los descubrimientos más fascinantes de los últimos años ha sido la identificación de un eje que relaciona la microbiota intestinal con el cerebro. La investigación reciente ha demostrado que este vínculo influye en aspectos tan cruciales como el comportamiento social, la función cognitiva y la neurobiología de las regiones cerebrales relacionadas con el aprendizaje y la memoria.
En esta revisión, los investigadores del IDIBGI y el CIBERObn, el Dr. José Manuel Fernández-Real, líder del grupo de investigación en Nutrición, Eumetabolismo y Salud y jefe de la sección de Endocrinología del Hospital Trueta, el Dr. Jordi Mayneris-Perxachs, líder del grupo de investigación en Medicina y Biologia Integrativa de Sistemas, y la Dra. Anna Castells-Nobau, investigadora post-doctoral de ambos grupos, han realizado un análisis exhaustivo de la investigación existente sobre esta conexión.
Poblaciones poco estudiadas en la microbiota intestinal
La revisión pone énfasis en la necesidad de ampliar la investigación en este campo para incluir a otras poblaciones microbianas, como las arqueas, los eucariotas y, especialmente, los virus, que son componentes a menudo olvidados de la microbiota. Pese a que los virus, y especialmente los virus que infectan bacterias, llamadas bacteriófagas, tienen una presencia significativa en la microbiota intestinal humana, su papel sigue siendo poco comprendido. Sin embargo, algunos estudios recientes indican que podrían jugar un papel fundamental en la modulación de la expresión genética neuronal, abriendo así nuevas vías para la investigación futura.
Un ejemplo es una investigación reciente liderada por los mismos autores publicada en la misma revista, que revela la asociación de un tipo de bacteriófagos presente en la microbiota intestinal, los Caudovirales, con una mejor capacidad cognitiva en humanos, ratones y moscas.
Otro aspecto innovador de la revisión es la propuesta de aplicar un nuevo enfoque multidisciplinar, llamado biología de sistemas, para entender mejor las interacciones multinivel (genes, proteínas, metabolitos, etc.) entre la microbiota y la cognición. Esta perspectiva analiza el sistema biológico como un todo integrado, sin olvidar que sus partes también actúan de forma autónoma.
Medicina personalizada basada en la microbiota
La revisión también pone de relieve el potencial de la microbiota intestinal como modulador clave de la función cognitiva, sugiriendo que la modificación de la microbiota podría aprovecharse para desarrollar terapias personalizadas que mejoren la salud cognitiva. Esto podría ser especialmente relevante para mitigar los síntomas de la degeneración cognitiva asociada al envejecimiento o en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Así, este trabajo apunta a que la elevada variabilidad de la composición de la microbiota entre individuos abre la puerta a una medicina personalizada que tenga en cuenta tanto la microbiota como la genética, marcando así el camino hacia nuevos enfoques terapéuticos para mejorar la salud cognitiva y, por extensión, la calidad de vida.
Artículo de referencia: Castells-Nobau A, Mayneris-Perxachs J, Fernández-Real JM. Unlocking the mind-gut connection: Impact of human microbiome on cognition. Cell Host Microbe. 2024 Aug 14;32(8):1248-1263. doi: 10.1016/j.chom.2024.07.019. PMID: 39146797.